Es la radiocomunicación de dos vías útil hoy en día
En 1994 el Gobierno de México, decretó con la Ley Federal de Telecomunicaciones, la extinción de la Radiocomunicación Privada. La figura de permisionario desaparecía para nuevos solicitantes y sobre los ya existentes, pendía una amenaza de recesión.
La explicación dada, fue que, con las nuevas tecnologías de telefonía celular, resultaba innecesario el uso de la Radiocomunicación Privada. La causa real era tratar de dar mas mercado a los ávidos concesionarios de esa telefonía, y la apuesta errónea de que los celulares podían substituir a los radios portátiles.
Ante la presión de fabricantes, y distribuidores se designaron ciertas frecuencias en bandas libres que permitían la comunicación limitada entre equipos portátiles, pero no el instalar nuevos sistemas con la infraestructura necesaria.
Y pasaron 28 años.
Y la Radiocomunicación privada no desapareció.
Mientras, la industria de la Radio, migraba hacia la tecnología digital, fortaleciendo su oferta con nuevas funcionalidades cuyas ideas fueron permeando hacia los usuarios, los distribuidores mantuvieron el servicio y suministro, a pesar de las precarias condiciones.
En 2018, el gobierno Federal cede ante la realidad, reconociendo que los equipos celulares nunca podrían sustituir el servicio de la Radiocomunicación Privada y decide que es posible que un usuario pueda solicitar un Permiso de operar un Sistema con las frecuencias necesarias, a nivel local, regional o nacional. Lo hace, otorgando Concesiones a varias empresas privadas que dan esos permisos, los administran y cobran por ellos.
La Radiocomunicación Privada renace con nueva fuerza, gracias a la tecnología digital, la mayor calidad de sus diseños de audio, baterías más eficientes y, aplicaciones de Despacho y Control que permiten al usuario tener la mejor herramienta en comunicaciones en su empresa, para mejorar la seguridad y productividad de sus colaboradores.
Los permisos para operar legalmente dan certidumbre a la inversión de los empresarios.
El Ave Fénix, vuela de nuevo.
